El sector bancario comenzó a desarrollarse durante la segunda mitad del siglo XIX con la formación de bancos comerciales. El banco del Estado ruso en principio aglutinaba las inversiones, aunque desde la década de 1890 la banca privada va cobrando cada vez más importancia. En 1906 los bancos de San Petersburgo intermedian en los empréstitos extranjeros que financian las inversiones industriales. El número de bancos, inicialmente muy numerosos, fue reduciéndose hacia fines del siglo XIX a través de un proceso de concentración; en 1914 cuatro entidades controlaban más de la mitad del capital y con ello buena parte de las inversiones industriales.